Se trata de los resultados de un estudio que recolectó información desde 1991 hasta 2017 sobre el comportamiento de 430.000 jóvenes de entre 10 y 15 años. El mismo fue publicado en la revista Clinical Psychological Science y sostiene que no existe evidencia que asocie el uso de tecnología con un incremento en los problemas de salud mental en los adolescentes.
Muchos adolescentes (y también adultos) se pasan el día pegados a su celular. Por eso, los académicos quisieron saber si existía un vínculo entre el uso de las redes sociales y la depresión, los problemas emocionales y de conducta. Asimismo, también se estudió si existe una asociación entre el tiempo que se dedica a la televisión y las tendencias suicidas, así como la depresión, los problemas emocionales y los problemas de conducta de los jóvenes de entre 10 y 15 años que participaron en la investigación.
Sin embargo, los resultados arrojaron que no hay una relación directa entre el uso de las redes sociales y los problemas de salud mental en la adolescencia, aunque los investigadores reconocen los límites del estudio y coinciden en que es un tema que debe seguir estudiándose para confirmar su conclusión.
“Estos resultados no significan que la tecnología sea del todo buena para los adolescentes. O del todo mala. O que empeore para los adolescentes o no. Incluso con algunos de los conjuntos de datos más amplios de que disponen los científicos, es difícil determinar de forma concluyente el papel de las tecnologías en la vida de los jóvenes y cómo puede cambiar su impacto con el tiempo”, explicó Matti Vuorre, autor del estudio.
