“Rápido y furioso 9” costó, en su totalidad, más de 200 millones de dólares, suma que no sorprende luego de ver las escenas despampanantes del film, su elenco y locaciones. Sin embargo, ¿qué parte de ese dinero se destinó a los autos, figuras indiscutidas de la franquicia?
Si bien la producción no dio a conocer este detalle, hay una escena que sirve como guía para tener un parámetro. En esta nueva entrega, los hombres de Toretto usan un potente imán para derrotar a sus enemigos y la destrucción de vehículos que se ve es inmensa. Sólo la preparación de esa escena requirió un total de 8 meses, además de 4 días de producción y la destrucción total de 3 coches. Los siete modelos deportivos que aparecen durante unos segundos implicaron un gasto de unos 3,8 millones de dólares.
Los responsables de lograr que los autos fueran impresionantes en esta entrega es mérito de Dennis McCarthy y Alex King. Ellos se encargaron de comprar y alquilar los autos más lujosos y llamativos para sorprender a la audiencia.
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Al costo de los vehículos se suma el de toda la ingeniería que hay detrás de una producción de esta talla. Por ejemplo, en la novena película podemos ver a “Armadillo”, un monstruo de metal compuesto por tres secciones blindadas y 26 toneladas de peso. Para poder plasmarlo, los ingenieros necesitaron cuatro meses.
Por otra parte, en esta oportunidad los personajes viajan al espacio, lo cual conllevó una investigación que involucró a la NASA y mucho trabajo del equipo creativo para construir los autos- cohete.
