Rolls Royce acaba de llevar la personalización del diseño de sus autos a un punto nunca antes alcanzado. Hasta ahora, las compañías automotrices le agregaban algún detalle personalizado a sus autos: desde su color a sus tapizados, o a equipamiento del vehículo. Pero esta vez, la empresa se superó: creó un departamento especialmente para diseñar modelos de autos junto a sus clientes y acaba de salir su primer producto: el auto más caro del mundo.
Se trata de un Rolls Royce llamado Boat Tail, inspirado en el mundo de los barcos, que según informa el Daily Telegraph, le pertenece al rapero Jay-Z y a su mujer, la cantante Beyoncé.
Creado a partir de un Phantom, el modelo de más alta gama de Rolls Royce, comenzó a crearse hace cuatro años. Todo comenzó en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este en el que un auto fue la estrella. Su diseño combinaba el de un auto de lujo, un yate y un avión y había sido encargado por un cliente. Eso contagió a otros tres magnates, que quisieron diseñar también su propio Rolls Royce con inspiración náutica. Es así que la compañía les propuso compartir la misma carrocería y personalizar absolutamente todo el resto.
“Hemos creado un trío de coches excepcionales que, aunque comparten un estilo de carrocería común, están cada uno imbuido de la impronta única y muy personal de los clientes que los han auspiciado, de manera que cada uno cuenta una historia”, señaló Alex Innes, director de Rolls Royce Coachbuild Design.
El auto de la pareja de músicos es el único Boat Tail que se ha podido ver de los tres, aunque la identidad de sus dueños es parte de la especulación periodística, ya que la empresa nunca ofrece información sobre laidentidad de los propietarios.
Tiene una longitud de casi 5,8 metros y recrea la elegancia de las embarcaciones clásicas, especialmente, los veleros Clase J que compiten en todo el mundo. Su parabrisas redondeado evoca también el de algunos cruceros de lujo.
En cuanto a su costo, y siguiendo en el terreno de la especulación, se estima que el costo del auto asciende a 20 millones de libras, es decir, a 28 millones de dólares. Aunque no sea el precio exacto, se trata del auto más caro del mundo.