La huella de carbono es la medida del impacto que provocan todas las actividades de las personas sobre el ambiente. Se determina según la cantidad de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, medidas en unidades equivalentes de dióxido de carbono (CO2).
En el marco de los compromisos internacionales asumidos por nuestro país, el proyecto busca “fomentar la participación voluntaria del sector privado en la gestión de su huella de carbono, alentando para ello la transformación de actividades hacia el uso sostenible de los recursos y el desarrollo neutro en carbono, como parte de una estrategia de largo plazo que potencie la acción climática“, explicó la diputada nacional Brenda Austin (UCR-Córdoba), autora del proyecto.
“El contexto climático global exige una respuesta sistémica, urgente y decidida; ya que en la Argentina, las emisiones per cápita se encuentran por encima de la media de países del G20, por lo que es imperativo fortalecer las políticas climáticas nacionales y potenciar aún más los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el corto plazo”, agregó Austin.
El objetivo es alentar el desarrollo de proyectos de compensación en la Argentina mediante la conservación y regeneración de ecosistemas que absorben emisiones, como los bosques nativos, y la reducción de emisiones significativas por medio de energías renovables.