La tecnología confirmó la inclusión de un retrato del dios romano Cupido en un lateral de la obra, que pertenece a la Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde, Alemania.
En realidad, la presencia de esta figura que luego fue tapada ya había sido detectada en los años 70 tras ser estudiada con rayos X, pero ahora se verifica el contorno preciso de la figura y la autoría del artista holandés.
Por una investigación realizada en 1982, científicos y expertos creyeron que fue el mismo Vermeer el que rechazó la imagen de Cupido porque cambió la composición del cuadro. ¿Por qué había sido borrado? Quizás porque así lo dictaban los gustos de la época, o tal vez para restarle erotismo a la obra.
Luego se determinó que esa lectura era errónea. El laboratorio de arqueometría de la Universidad de Bellas Artes de Dresde demostró que el repintado no fue hecho por el artista porque se hizo mucho después de su muerte.
El dilema que durante años confrontó a los expertos fue si convenía restaurar esa parte del cuadro como si fuera una pared o bien con el Cupido oculto tras el muro, pero en esta nueva etapa, la Gemäldegalerie Alte Meister en Dresde, Alemania, revalorizó la existencia de la imagen oculta del dios romano del amor y decidió dejarla visible tras llegar a la conclusión de que otorga un plus de significado a la obra.