Los límites tolerados para los contaminadores considerados clásicos: las partículas en suspensión, el ozono, el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre y el monóxido de carbono, fueron rebajados por la OMS.
Si bien se indicó que las nuevas normas no son de cumplimiento obligatorio, sí dan a los países un marco para proteger mejor a su población.
Para el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, “la contaminación del aire es una amenaza para la salud en todos los países, pero golpea especialmente a las poblaciones de los países con escasos recursos”.
Los países con escasos recursos registran crecientes niveles de contaminación atmosférica impulsada por una urbanización a gran escala y un desarrollo económico que se basa sobre todo en la utilización de combustibles fósiles, aseguran desde la OMS.
En el caso de los niños, “la contaminación atmosférica podría impedir el desarrollo correcto de los pulmones, provocar infecciones respiratorias y agravar el asma”, mientras que en los adultos, “muertes prematuras vinculadas a la contaminación de la atmósfera están asociadas a cardiopatías y accidentes vasculares”.
De acuerdo a la información brindada por la OMS, los nuevos datos muestran que la contaminación del aire exterior también puede provocar diabetes y enfermedades neurodegenerativas.