“Recientemente hemos podido localizar el lugar en el que ellos están criando a sus tres cachorros, donde colocamos cámaras trampa para conocer más acerca de su comportamiento“, anunciaron desde la Fundación Rewilding, desde donde llevan adelante este proyecto de conservación.
Los tres cachorros de esta pareja “ya han perdido el característico color negro de los primeros días de vida y su pelaje ya empieza a parecerse más al de los padres”.
Otro punto para celebrar es que las imágenes registradas por las cámaras trampa contienen comportamientos que nunca habían sido documentados en esta especie.
El aguará guazú perdió más del 50% de su área de distribución original en Argentina y urge protegerlo en aquellos lugares donde aún sobrevive, y recuperarlo en los sitios donde ha desaparecido.