Se trata de un galardón conocido como el “Oscar Verde” y distingue a proyectos de conservación orientados a países ricos en biodiversidad.
El trabajo de Camino -doctora en Ciencias Biológicas, especializada en Biología de la Conservación- tiene el objetivo de aumentar las capacidades de las comunidades locales para conservar el quimilero y el Chaco argentino. El pecarí quimilero (Catagonus wagneri) es una especie endémica de la región del Chaco seco que está amenazada y que, de acuerdo a estimaciones de la investigadora, podría desaparecer en menos de 30 años.
“Es un honor haber sido seleccionada. Si bien el premio me lo dan a mí, hay un montón de gente trabajando para que esto ocurra, tanto desde el monte como desde distintas ciudades e instituciones”, expresó Micaela. Para la investigadora, que creó el Proyecto Quimilero, esta distinción no solo permitirá aumentar la visibilidad del proyecto que dirige, sino de todo el Chaco seco.
“Estamos en una región que es muchas veces invisibilizada y que cuenta con una enorme riqueza biológica y cultural. Por eso, es importante que podamos hablar de ella y de todos los problemas de conservación que la están amenazando”, destaca. El proyecto premiado surge de los trabajos de investigación que se realizaron durante más de 10 años y está enfocado en la conservación del quimilero y su hábitat, junto con las comunidades locales.
El quimilero es un “chancho de monte” y es el pecarí más grande que existe, ya que puede medir más de un metro y pesar más de 40 kilos en su adultez. Está incluido en la lista roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
“Está muy amenazado por la deforestación. El gran avance que tuvo agricultura industrial en las últimas décadas genera el desmonte y el desplazamiento de las familias locales. Todo eso hace que este bosque nativo seco, que es único en el mundo, esté desapareciendo, junto con esta y otras especies”, advierte la investigadora.