La pareja había tomado el control de la reconocida compañía en 2008 cuando se mudaron al castillo que se ubica en un viñedo provenzal, y Pitt trabajó allí desde entonces. Pero, tras la separación, el castillo y las bodegas estuvieron en el centro de uno de los enfrentamientos legales más acalorados en los últimos tiempos entre la que alguna vez fue la pareja de mayor exposición mediática de Hollywood.
Pitt acusó a Jolie de “dañar de manera deliberada la reputación de la compañía de vinos que él había construido cuidadosamente”. El actor asegura en su denuncia que ella “no contribuyó en nada” y que el hecho de vender a un tercero su parte del Chateau Miraval a sabiendas de que él quería hacerse con esa mitad fue únicamente motivado por la intención de “causarle daño”.
Según Pitt, ambos acordaron no vender sus participaciones en el lugar sin el permiso del otro. Pero la actriz vendió de todas formas su parte al fabricante de licores Stoli, propiedad de un oligarca ruso, para lo cual necesitaba de una serie de documentos en posesión del actor.
Pero la disputa llegó a su fin en la noche del pasado viernes, cuando un juez de Los Ángeles falló a favor de Angelina.
El actor, de 58 años, dijo que había “invertido dinero y sudor” para hacer de Miraval uno de los productores de vino rosado más respetados del mundo, con ingresos anuales superiores a 50 millones de dólares y acusó a Jolie, de 46 años, de buscar “ganancias inesperadas no generadas” por su trabajo.
“Cualquier ser humano racional estaría feliz de que Stoli fuera un socio en su negocio. Tiene un marketing y una distribución de primera categoría”, dijeron fuentes cercanas a la operación de los negocios de Jolie al sitio de entretenimientos Page Six, y explicaron que la firma ofrece enormes oportunidades para hacer crecer el negocio.
