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Geek Point

ANÁLISIS: Need for Speed – UNBOUND

ANÁLISIS: Need for Speed – UNBOUND

Gaming 14 Dic

Con una forma estética de arte callejero llega la nueva entrega de Need for Speed Unbound de la mano de Electronic Arts Inc. y Criterion Games que propone alta adrenalina en las carreras y persecuciones.

Por Roberto Schenone

La franquicia Need for Speed ha estado entre nosotros desde hace décadas (sí estuve presente en el primero allá por los 90s) por lo cual he visto pasar varias generaciones de títulos integrando innovaciones, estilos únicos, gráficos de vanguardia y por supuesto con los mejores temas musicales del momento.

Need for Speed Unbound sigue las normas actuales del género. Hay un mundo abierto por el que se distribuyen pruebas de velocidad, de derrapes, carteles que romper, grafitis que encontrar y otras actividades. Funciona como un hub desde el que acceder a los eventos principales: carreras que tienen lugar por el día o por la noche, en la mayoría de los casos compartiendo carril con el tráfico de la ciudad. Hay trazados pensados para la alta velocidad y otros para el derrape, y los hay centrados en el asfalto y con un foco en el offroad (aunque estos son menos numerosos). No faltan tampoco las pruebas de estilo, que se basan en aprovechar las curvas, el derrape y el sistema de nitro para sumar puntos al marcador, a lo que a veces también aporta el romper vallas, barriles y otros objetos del escenario.

No hay nada innovador en esas pruebas, pero lo novedoso, como decíamos, está en la estructura. Esa estructura se basa en las apuestas de dinero, en el riesgo y la recompensa. La campaña se divide en cuatro semanas, cinco jornadas con sus días y sus noches, que concluyen los sábados con un gran evento formado por tres pruebas eliminatorias. Para acceder a esa prueba del fin de semana es necesario pagar una alta tasa monetaria y haber conseguido un coche de la categoría especificada.

Para participar en las carreras hay que juntar fondos y a medida que ganemos se irán acumulando nuevas entradas para alcanzar otros retos y el tan ansiado desafío final semanal de «El Grand» que otorga $1,000,000, aunque claro hay que trabajar mucho para llegar. Mejorar el auto resulta primordial si queremos avanzar y competir para obtener todas las recompensas jugosas. Y cuantó más te arriesgas mejor será, aunque ten en cuenta que si te atrapa la policía perderás tu dinero recolectado.

En los últimos días de la semana es habitual vernos haciendo cuentas ajustadas para conseguir el dinero que necesitamos. La dificultad, de la que hay tres modos, tiene mucho que ver con esto. Es habitual que nuestros rivales tengan mejor coche que nosotros, y los pequeños fallos en la carrera se castigan con dureza: aquí no hay rebobinado ni otras mecánicas para enmendar nuestros errores, y las repeticiones de los eventos son limitadas. No se compite para quedar primero, sino para lograr una posición lo suficientemente alta para tener beneficios —también podemos apostar que vamos a quedar por encima de alguno de los otros siete participantes en la carrera—.

También contamos con una experiencia de la ciudad Lakeshore Online (multijugador) que permite disfrutar de las carreras con nuestras amistades y el resto de la comunidad e incluso realizar retos para ganar dinero y volcarlo en mejoras visuales o en autos más potentes. Soporta Cross-Play por lo cual podremos jugar entre diferentes consolas y PC.

 

PERSECUCIONES POLICIALES

El elemento que consigue añadir una tensión extrema a este sistema de riesgo y recompensa no es otro que la policía, una seña de identidad de la saga que aquí se ha llevado al extremo. Quizá demasiado. Cada prueba que hagamos aumenta el indicador de intensidad policial. Al nivel más bajo, las patrullas que recorren la ciudad no nos prestarán atención a menos que choquemos con sus vehículos. En cuanto sube al segundo nivel, ya habrá que estar pendientes del minimapa para no cruzarnos en su cono de visión, pues comenzará una persecución y no podremos acceder a ninguna prueba hasta que nos libremos de ellos. A máxima intensidad la partida se convierte en un caos, en una huida intensísima que se puede alargar muchos minutos: la densidad policial aumenta muchísimo, utilizan vehículos contundentes y muy rápidos, y hasta helicópteros a los que es difícil pillarle la delantera.

La clave está en que si consiguen destrozar nuestro vehículo o si nos arrestan (lo que avanza el tiempo hasta el siguiente día), perdemos todo el dinero que llevamos encima, por lo que todas las actividades que hayamos hecho no habrán servido para nada. La única manera de asegurarlo es llevarlo a alguno de los refugios que vamos desbloqueando por el mapa, pero al hacerlo, pasaremos del día a la noche (o de la noche a la siguiente jornada), por lo que las pruebas cambiarán y quizá nos veamos demasiado cerca del evento de fin de semana sin el suficiente dinero encima, lo que nos obligará a repetir la jornada anterior. Otra mecánica que aporta a este sistema de riesgo y recompensa: durante el día la presencia policial es menor, pero las pruebas dan menos beneficios, y la intensidad policial no se reduce hasta pasar de un día al siguiente.

CONCLUSIÓN

Need for Speed Unbound es un arcade de conducción más que notable que destaca por una estructura original que consigue dar importancia a cada carrera, que logra ofrecer partidas siempre tensas por unos conductores agresivos y unas persecuciones policiales desquiciadas, que promueve una progresión basada en cuidar y mejorar un pequeño garaje en lugar de tener un amplio concesionario inutilizado, y que a los mandos es satisfactorio y divertidísimo. Sin embargo, esa misma estructura provoca que caiga en la repetitividad debido a que no hay demasiadas pruebas diferentes, y aunque a veces suceden de manera orgánica, también echamos en falta grandes situaciones que nos dejen boquiabiertos. Su mayor pega la tenemos en un apartado artístico sin originalidad, al que parece que la estética anime y trapera se le ha superpuesto para mitigar la situación, pero sin lograrlo. La vuelta de Criterion Games a Need for Speed es un paso en la buena dirección, pero también da algunos tropiezos que lo dejan lejos de titanes como Most Wanted y Hot Pursuit.

Por Roberto Schenone

Roberto Schenone
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