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7 Ago
La petrolera lanzó una estrategia para cuadruplicar su valor en cuatro años. Con una inversión 3.000 millones de dólares en “Vaca Muerta”, Horacio Marín (presidente y CEO) apunta a transformar a la Argentina en exportador neto de energía para 2030.
Por Laura Luz Ojeda
Con las dificultades que en los últimos años se presentaron en materia energética pensar que Argentina puede convertirse en el corto plazo en exportador de energía parece una ilusión. Sin embargo, el objetivo se ha planteado y la promesa se repite como un mantra: ingresos por 30.000 millones de dólares por exportaciones del sector para el 2030 con YPF como player principal del mercado.
Así la energía se equipararía con los ingresos del campo, hoy el máximo jugador en materia de ingresos externos para el país. En esta meta, la reconversión hacia la productividad es el norte que se impuso en esta nueva etapa YPF, de la mano de Horacio Marín el presidente y CEO de la petrolera, con su plan 4×4.
Esto significa “cuadruplicar el valor de YPF en cuatro años”, un programa que se puso en marcha a toda máquina. “En Argentina tenemos que trabajar en la productividad lo que no implica echar gente sino hacer las cosas mejor, con más eficiencia y menos costos”, señala Marín.
En ese camino exportador, Vaca Muerta tiene un rol preponderante. Ubicada en la cuenca Neuquina es una formación geológica reconocida en el mundo por su extensión y calidad de recursos: es la segunda reserva de shale gas del mundo y la cuarta de shale oil. Para explotar este territorio en su totalidad habría que perforar 10.000 pozos.
Su desarrollo podría duplicar la producción de crudo del país en los próximos años para alcanzar el millón de barriles diarios, lo que generaría exportaciones por 18 mil millones de dólares anuales en 2026, con un superávit en la balanza energética de unos 12,5 mil millones de dólares.
En lo que respecta al gas, la Argentina podría autoabastecerse y constituir un recurso estratégico como parte de las transiciones energéticas para contribuir a descarbonizar las economías del mundo. Con esto el país podría convertirse rápidamente en un exportador de gas a la región, especialmente a Chile y Brasil y en un paso posterior, al mundo con una planta de GNL (Gas Natural Licuado). Es decir, siguiendo el plan Argentina podría aparecer en el escenario internacional como el quinto exportador de energía.
Esta primera etapa del 4×4, tiene su fundamento en lo nuevo y lo viejo. “Lo que mueve, lo que orienta el desarrollo en determinadas condiciones históricas es lo nuevo: todo lo que frena y obstaculiza es lo viejo”, se puede leer en textos de filosofía.
El plan comienza así, con precisión quirúrgica, con el foco en lo nuevo que es Vaca Muerta y el desprendimiento de los pozos maduros convencionales. “A YPF la salvó Vaca Muerta si no hubiese quebrado, no tengo dudas”, asegura Marín, por eso el anuncio a comienzos del 2024 de inyectar en Vaca Muerta 3.000 millones de dólares, la mayor inversión de la historia de la petrolera.
El objetivo es pasar de una producción de 97.000 barriles de petróleo por día en 2023 a 250.000 barriles diarios de petróleo en 2027. Con esto el 80% de la producción total de la firma será no convencional. “Los primeros cuatro o cinco años se basan en el petróleo, los siguientes cinco años son gas y petróleo y después hay que sumarle el litio”, indican desde la compañía.
La aprobación del RIGI era una de las herramientas clave que esperaba YPF para avanzar en las distintas etapas del 4×4, este tractor “con tracción en las cuatro gomas” como le gusta referir sobre su propio plan el número uno de YPF. Es que no puede haber demora, el petróleo tiene una vida acotada en este camino a las energías más limpias. “La ventana es ahora, no es el 2040 ni el 2050, porque los países europeos pueden hacer contratos ahora”, se apresura Marín.
Simultáneamente comenzó el proceso para desprenderse de los pozos convencionales maduros, un negocio que para la compañía era deficitario. Para septiembre espera haber transferido los clusters a las nuevas manos. Además esta etapa contempla posibles ventas de YPF Brasil, YPF Chile, Refinor y dos plantas en La Plata.
Hasta la puesta en marcha del nuevo plan el negocio de convencional y no convencional se encontraba equiparado en un 50%, la idea es incrementar al 80% el no convencional dado que aporta mayor rentabilidad apalancado en un lifting cost de entre 60 y 80% menor al convencional. La fundamentación de esta propuesta refiere a la experiencia que ya han desarrollado grandes compañías petroleras en el mundo en donde el traspaso de los campos maduros a otras compañías ha hecho que las operen de manera más rentable.
Entre los casos de éxito de la región se encuentra Petrobras que en 2013, hace ya más de una década, comenzó una estrategia de desinversión en campos maduros. Esto explica el comportamiento del retorno de las acciones de las compañías que en el caso de YPF se encuentra por debajo del desempeño de sus pares regionales.
La tercera parte del plan se basa en maximizar las eficiencias operativas en los negocios y en este punto ya se cerró el acuerdo con Toyota para aplicar los procesos de industrialización de la industria automotriz a la de hidrocarburos. “Con esto YPF va a ser imbatible”, promete Marín.
El cierre es el proyecto de LNG en Argentina, es decir la construcción de la primera planta de licuefacción para exportar GNL en la Argentina donde apunta a cerrar acuerdos con India y dos países europeos.
Al final del camino son números a mirar: el objetivo principal es lograr que el país exporte 30.000 millones de dólares para el 2030 “con YPF liderando el presente y el futuro de la energía del país”, prometen desde la petrolera.
DESAFÍOS Y OBSTÁCULOS EN EL HORIZONTE
A pesar del optimismo que rodea al plan 4×4, el camino hacia su implementación no está exento de desafíos. Algunos de los principales obstáculos incluyen:
1. RIGI: La aprobación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) en el Congreso resulta crucial para la viabilidad del proyecto de GNL y otras inversiones a gran escala. Con este marco regulatorio, muchas de las proyecciones podrían concretarse.
2. Ventana de oportunidad limitada: Como señala Marín, «La ventana es ahora, no es el 2040 ni el 2050, porque los países europeos pueden hacer contratos ahora». La transición global hacia energías más limpias pone presión sobre el tiempo disponible para capitalizar los recursos de hidrocarburos.
3. Estabilidad económica: La historia de Argentina está marcada por ciclos de crisis económicas que han afectado la continuidad de las políticas energéticas. Garantizar la estabilidad a largo plazo necesaria para este plan es un desafío en sí mismo.
4. Infraestructura de transporte: El proyecto clave del oleoducto Vaca Muerta Sur es esencial para superar el actual cuello de botella en el transporte de crudo. Cualquier retraso en su construcción podría impactar negativamente en los objetivos de producción.
5. Consideraciones ambientales: A medida que el mundo avanza hacia energías más limpias, YPF deberá equilibrar su expansión en hidrocarburos con inversiones en energías renovables para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.
El éxito del plan 4×4 podría tener un impacto transformador en la economía argentina. Algunos de los efectos potenciales incluyen:
1. Balanza comercial: La conversión de Argentina en exportador neto de energía mejoraría significativamente la balanza comercial del país, aliviando la presión sobre las reservas de divisas.
2. Empleo: El desarrollo de Vaca Muerta y los proyectos asociados podrían generar miles de empleos directos e indirectos en el sector energético y en industrias relacionadas.
3. Desarrollo regional: La región de la Patagonia, especialmente la provincia de Neuquén, podría experimentar un boom económico similar al visto en regiones petroleras de otros países.
4. Atracción de inversiones: El éxito en el sector energético podría atraer inversiones extranjeras en otros sectores de la economía argentina.
5. Posicionamiento geopolítico: Convertirse en un exportador de energía significativo podría fortalecer la posición de Argentina en la región y en el escenario global.
Como concluye Marín: «YPF liderará el presente y el futuro de la energía del país». El plan 4×4 podría marcar el inicio de una nueva era energética para Argentina, convirtiendo al país en un jugador clave en el escenario energético mundial. El desafío es grande.
EN BUSCA DE OTROS “VACA MUERTA”
En línea con la estrategia de YPF de expandir el conocimiento adquirido tras años de trabajo en “Vaca Muerta” a otras regiones del país, se lanzó un ambicioso proyecto exploratorio en la Cuenca Austral, donde se está evaluando el potencial no convencional de la formación Palermo Aike.
Esta unidad geológica tiene una extensión de 12.500 km2, se encuentra ubicada al sur de la provincia de Santa Cruz y se extiende hasta la Isla de Tierra del Fuego.
El plan exploratorio consta de una primera fase que se extenderá por cinco años en la que se evaluará el potencial hidrocarburífero de Palermo Aike en diferentes zonas de la cuenca.
Recientemente, la compañía finalizó la perforación del primer pozo piloto horizontal con objetivo no convencional, el Maypa x-1, con 12 etapas de estimulación hidráulica. Los próximos pasos incluyen un ensayo para evaluar la productividad de este nuevo shale que se extenderá por 9 meses.
Este proyecto exploratorio representa, por su volumen a investigar, una oportunidad estratégica de ampliar la frontera no convencional a otros ámbitos geográficos del país y su éxito abriría un nuevo ciclo en la historia hidrocarburífera de la Cuenca Austral.
PILOTO EN MENDOZA
También, la compañía avanza con un proyecto exploratorio en la zona de Vaca Muerta ubicada al sur de la provincia de Mendoza. En esa zona, YPF perforó el pozo vertical Aguada Negra de 2.576 metros con rama horizontal de 1.074 metros, mientras que en Paso Bardas Norte se llevó adelante un pozo horizontal de 1.059 metros.
Luego se realizaron un total de 25 etapas de fracturas (12 en Paso Bardas Norte y 13 en Aguada Negra) para comenzar los ensayos con el objetivo de evaluar correctamente los niveles del reservorio.
Actualmente los pozos muestran interesantes datos de productividad de petróleo. A partir de estos resultados, YPF proyecta realizar en el 2.025 un piloto vertical y dos ramas horizontales de 2.500 metros a mayor profundidad para seguir testeando la productividad de la formación en el sur de la provincia.
“TENEMOS QUE BUSCAR NAMIBIA”
El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, es optimista sobre las posibilidades que se abren en el offshore para el país. Según la visión de la compañía, el subsuelo del Mar Argentino es una continuidad geológica de los desarrollos y descubrimientos que se dieron en la costa africana, especialmente en Namibia.
Brasil y Guyana, países viven un boom de inversiones petroleras por sus hallazgos en el “offshore”, muestran un paralelismo con lo que sucede en la costa africana. En este sentido, los dos importantes descubrimientos que se produjeron en 2022 en las costas de Namibia generaron una importante expectativa en el país por lo que podría encontrarse en el Mar Argentino.
Sin embargo, el pozo de aguas profundas que se perforó en el Bloque CAN-100 no confirmó esa hipótesis de trabajo. Según comunicó Equinor, “el pozo EQN.MC.A.x-1 fue completado de forma segura y si bien se pudo confirmar el modelo geológico, no se encontraron indicios de hidrocarburos, por lo cual el pozo ha sido clasificado como “seco”.
La noticia de “pozo seco” no pone fin a la exploración en el Mar Argentino. Los técnicos señalan que no fueron a buscar la continuidad geológica de Namibia, sino que perforó en una migración al sur de esa formación. Los próximos pasos podrían ser buscar petróleo un poco más al norte del CAN-100, es decir “Namibia”.
Más allá del resultado del pozo, los geólogos destacan la importancia de haber desarrollado este proyecto en el país.
Esa actividad constituye un hito en la historia de la exploración costa afuera en Argentina. Este pozo, junto con las campañas de adquisición sísmica en la Cuenca Argentina Norte y las cuencas Austral y Malvinas Oeste, representan una de las mayores campañas exploratorias costa afuera que se hayan realizado en el país.
EL ESTILO TOYOTA PARA LA INDUSTRIA PETROLERA
Uno de los cuatro ejes del Plan 4×4 anunciado por YPF busca maximizar la eficiencia operativa en el negocio. En ese camino, el objetivo es desarrollar un modelo de mejora continua para “Vaca Muerta” que evite los tiempos muertos y redunde en una mejora en la productividad.
Toyota y su método productivo es el modelo para seguir: el TPS (Toyota Production System) es una filosofía de trabajo desarrollada a lo largo de la historia del gigante japonés que se ha estudiado en todo el mundo.
Tiene como pilar el justo-a-tiempo y el “Jidoka”, que puede traducirse como “automatización con un toque humano”. Se basa en la premisa de facilitar el trabajo a las personas eliminando la “muda”, es decir, los procesos inútiles, lo que no contribuye al objetivo final, siempre buscando la mejora continua o “Kaizen”.
El TPS se aplica en todas las áreas de Toyota, desde la producción hasta el servicio al cliente y es adaptable a cualquier proceso productivo o administrativo.