Por Roberto Schenone
El juego de Nintendo Switch, Emio – The Smiling Man, comienza de manera vertiginosa en sus primeras ocho horas.
Encarnando a un detective privado, el jugador se sumerge en la investigación de la muerte de un estudiante de secundaria cuyo cuerpo fue encontrado con una bolsa de papel en la que se había garabateado una perturbadora y tosca cara sonriente.
A medida que avanza la trama, se descubre un caso más antiguo con la misma firma, junto con una leyenda urbana sobre un asesino que otorga una “sonrisa permanente” a cualquiera que ve llorar. La tarea del jugador es descubrir si estos eventos están relacionados y cómo.
El desarrollo del juego se centra principalmente en una serie de conversaciones, al igual que en entregas anteriores de la serie Famicom Detective Club, con un menú completo de verbos para ayudar al jugador a avanzar. Además de “preguntar/escuchar”, el jugador también debe “pensar” activamente en nuevas preguntas y “mirar/examinar” en busca de pistas, como el lenguaje corporal de los interlocutores. Esta dinámica requiere tiempo para acostumbrarse, pero evita que la mente divague, manteniendo al jugador enfocado en la trama.
La calidad de la escritura y el desarrollo de los personajes son elementos fundamentales en Emio. Si bien los personajes no son extraordinariamente memorables, están lo suficientemente bien desarrollados como para resultar interesantes y divertidos de interactuar. Sin embargo, se percibe cierta fatiga en la escritura, sobre todo en la representación de los personajes femeninos, quienes tienden a estar definidos por sus relaciones con los hombres. A pesar de esto, el juego logra mantener un nivel aceptable en cuanto a la construcción de sus personajes.
Además de las conversaciones, hay elementos de investigación que el jugador puede llevar a cabo en el entorno del juego. Sin embargo, no hay muchas pistas que descubrir más allá de lo que las personas revelan en las conversaciones. Esta limitación afecta la atmósfera del juego, ya que no logra generar un ambiente verdaderamente inquietante. La falta de sutileza en la trama también se hace evidente, ya que las acciones sospechosas de los personajes son fácilmente identificables, lo que resta complejidad al misterio.
A medida que avanza el juego, las revisiones periódicas para examinar pistas y sacar conclusiones se presentan como el núcleo de la experiencia. Sin embargo, la facilidad con la que se puede corregir cualquier error durante estas revisiones y la falta de sutileza en la trama hacen que este aspecto no cumpla del todo con las expectativas.
A pesar de mantener un impulso convincente durante gran parte del juego, Emio – The Smiling Man decepciona en sus capítulos finales. La trama deja varios misterios sin resolver y algunas partes resultan insatisfactorias, lo que representa un obstáculo significativo para la narrativa del misterio.
En resumen, aunque Emio – The Smiling Man comienza con fuerza y logra mantener el interés del jugador durante gran parte del juego, su desenlace resulta decepcionante y deja cabos sueltos en la trama. A pesar de sus aspectos positivos, el juego no logra cumplir completamente con las expectativas generadas en su inicio.