Gracias a la Universidad de Alabama, ahora sabemos que entre más tatuajes tenes, es más difícil que te enfermes.
Para comprobarlo, los investigadores analizaron a un grupo de personas a punto de tatuarse. Tomaron las mismas muestras después de haber sido tatuados. Los resultados fueron que inmediatamente después de recibir un tatuaje, los niveles de inmunoglobulina bajaron porque el cuerpo los usa para asegurarse que el tatuaje no se infecte.