Nickelback se volvió una de las bandas más odiadas en la historia.
El Servicio de Policía de Kensington, que opera en la provincia de la Isla del Príncipe Edward en Canadá, anunció en Facebook esta semana que “los idiotas que sientan que pueden beber y conducir” en lo que resta del año serán castigados no sólo con una multa, un año de suspensión de su licencia y una acusación formal en tribunales penal, sino también deberán pasar por una condena inmediata, ya que deberán escuchar un álbum de Nickelback en la patrulla camino a la estación de policía.
“No hay necesidad de agradecernos. Nos imaginamos que si eres lo suficientemente tonto como para ponerte al volante después de beber un poco, Chad Kroeger y los chicos serán el regalo perfecto. Por favor, no arruinen nuestra copia perfectamente sellada del disco de Nickelback. No beban y manejen al mismo tiempo y no haremos que lo escuchen.”