Muchas veces no tenemos un abridor a mano, y esta técnica muy usada en Alemania puede ser de gran ayuda.
Si bien requiere práctica es muy sencilla. Lo primero que hay que hacer es dar vuelta la botella que va a servir de abridor. Luego hay que encajar la tapa en la de la otra botella. Por último, tendrás que hacer una palanca suave pero firme.
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