Hablamos con Federico Solá, 29 años. Es médico residente del Hospital Fernández. Su primer año de residencia en la UTI del Hospital fue en pandemia.
Federico, comentó: “No me puedo permitir bajar la guardia, pero a veces te juega una mala pasada la carga de trabajo y sobre todo la emocional”
Comentó lo más duro que le tocó pasar: “El otro día internamos a un chico de 32 años y pensé que ese podría ser yo.”
Le preguntamos sobre las fiestas clandestinas y Federico Solá dijo: “Es chocante la situación, uno deja la vida en la cancha, como mínimo 80 horas por semana”
Cap. Gral. R. Freire 932. CP 1426
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