SAMC edición 2013, toma II

Música 7 Oct

Las sofisticadas puertas del Hipódromo de Palermo se convirtieron en un portal que transportaba a un mundo electrónico donde la música y el arte se apoderaban de quien se atreva a entrar. SAMC (South American Music Conference) es mucho más que un festival, es un encuentro entre fanáticos y profesionales del campo, el sábado 5 de octubre se vivió y palpitó la nueva edición en Buenos Aires.

Fue una noche con todas las letras, al pasear por el predio no solo se podía bailar al ritmo de cada exquisito DJ sino que también podías conocer y aprender con las más de diez horas de conferencias para los melómanos del rubro, sumado a los espacios de interacción por los cientos de artistas expositores. Con la cantidad de cosas para hacer no hubo tiempo de respiro, los segundos se convirtieron en beats y las horas en canciones.

La distribución estuvo bien excepto por un pequeño detalle, el Samc Main Stage estaba divido en dos, ¿cómo? pensá en un cuadrado e imaginá en la cara inferior un escenario y pegado en el lateral derecho otro cada uno con su respectiva música y con solo dos metros de distancia. Mágicamente si uno se ponía frente a las bandejas el sonido era perfecto y directo, pero solo te corrías unos metros para el costado los temas se mezclaban y terminabas por no sentirte parte de ningún bando. Un de los puntos a favor fue que los accesos eran fáciles y la seguridad era férrea y completa.

Desde principio a fin el line up no dejó que desear, pero sin dudas los platos fuertes llegaron con la realeza del trance: Ferry Corsten y claro, Paul Oakenfold. Pasadas las dos de la mañana el talento underground del locutor del programa Corsten’s Countdown destrozó el Main Stage con un mix de sus últimos temas y algunos clásicos sin modificar un instante el tempo y la reacción de la gente, quien tuvo a sus pies desde el momento en el que pisó la tablas. La energía del lugar era impresionante, beats rápidos y fuertes convirtieron el aire en synths super pegajosos. Uno de los momentos más esperados y así aclamados fue cuando comenzó a sonar el tema Punk, furor es lo mínimo que se sintió. Ferry, conocido también como Pulp Victim, ofreció dos horas de trance progresivo y audaz que iluminó el alma de sus fanáticos.

Ahora sí, siendo las 4 am el público multi- generacional migró al Main Stage 2 para revivir la leyenda. El épico Paul Oakenfold se hizo presente y entre miles de miradas punzantes hacia él, algunos detrás de gafas oscuras, dio inicio a lo que sería un cierra exclusivo. Su set fue desafiante, construyó un universo donde el misticismo se apoderó del predio, las pantallas hipnotizaron al público y la música los elevó a un estadio superior. El artista pionero en este sub género electrónico navegó entre hits que fueron desde Happy Mondays hasta N.E.R.D. Sin un error, el set de Paul fue eufórico y el que más aplausos recibió. La gente sonrió hasta pasadas las cinco y media de la mañana cuando se dio fin al evento.

Por Estefi Kröl

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