Onda Vaga en el Main Stage 1
A los 5 minutos de lo pautado, Tataralí se emepezó a escuchar sobre el Main Stage 1. Abajo, acompañaban algunos bailes todavía tímidos. El sol marcaba las 13:35 y pegaba sobre la mitad izquierda de las caras, la temperatura era ideal y los vientos, sobre las tablas. “Pónganse protector que está fuerte”, dijo el frontman de Onda Vaga y los bailes se multiplicaron.
Se escuchó Forma de mujer promediando el show e inmediatamente Continente de Perlas. “Perdoná si te aburro” cantaban los músicos, pero el público se mostraba cada vez más entusiasmado.
Cartagena y El Experimento cerraron un excelente repertorio, con seis saltos finales, sincronizados entre todos los presentes.
Casi sin mediar palabra, la multitud se desplazó a trote obligado hacia otros escenarios. Claro, era el turno de Portugal. The Man en el Alternative y Juana Molina en el Main Stage 2.
Portugal. The Man en el Alternative Stage
Expectativa e incertidumbre hicieron aún más esperada a la primera presentación de Protugal. The Man en Argentina. El Alternative Stage se pobló de jóvenes. En su mayoría, alrededor de 20 años. Para las 14:50, tras algunos inconvenientes con el sonido, los norteamericanos provenientes de Alaska lograron comenzar su repertorio.
Si uno se paraba de frente a ellos, a la izquierda y (del lado del sol) podía verlo a el guitarrista John Baldwin Gourley y a la derecha (de donde soplaba el viento), al bajista Zachary Carothers. Ambos, de voz dulce y movimientos rockeros, fueron dejando atrás los pormenores del comienzo. Algo ajustado y con pocos intervalos, la seguidilla de temas provocaba sonrisas cómplices, algunos abrazos y hasta algunos bailesitos.
El final llegó a las 15:35, anunciado por los primeros “últimos aplausos” en el país. Ah, antes, una foto al público hecha por los propios americanos.
Capital Cities en el Main Stage 1
Puntual y con una enegía contagiante, Capital Cities salió al escenario Main 1 para dar por primera vez un show en Argentina. El dúo de Los Angeles – acompañados por tres músicos de primera – fue sin duda uno de los sets más interesantes de la jornada. Y si pegar un hit hace llenar estadios, Capital Cities no falló en demostrar que detrás de una melodía hay una banda que lo da todo. Los creadores de Safe & Sound dejaron su plato fuerte para el final y salieron al escenario a sorprender a muchos.
Con Kangaroo Court, su otro single que alcanzó sonar en todo el mundo, abrieron un show de casi una hora de duración. Siguieron con Origami, Farraw Fawcett Hair e invitaron a “ponernos funkies” con un cover de Staying Alive de los Bee Gees. Durante todo el show, la gente acompañó y no dejó de bailar, si bien se notaba aquel ‘síntoma de banda nueva’: su público en general no conocía la letra de todas las canciones, sin embargo Capital Cities logró que nadie pudiera dejar de bailar al ritmo de sus notas.
The Sweater Song, Love Away, I Sold my Bed but not my Stereo también sonaron en una tarde en la que el sol radiaba y el calor agobiaba un poco. Pero el baile seguía. One Minute More se anunció como una nueva canción. Y llegando al final, comenzaron esos acordes tan esperados. No podía ser de otra manera: eran los de Safe & Sound.
Pero esto no fue todo. Con ambiente de fiesta electrónica, la pista empezó a sonar al mango tras terminar de sonar su hit. Y mientras los músicos tocaban arriba, se revolearon remeras, buzos y cualquier prenda que la gente tenía a mano para despedir el show. Un medley bien eléctrico terminó cerrando el show con la frase de Safe & Sound.
Un éxito el set de Capital Cities. Se simpatice con la banda o no, estos californianos supieron hacer mover al público. Cabe destacar la euforia y prolijidad del trompetista, clave en el sonido de la banda.
Jake Bugg en el Alternative Stage
4 guitarras y un rubio de Nottingham. 16 horas y un muchachito de voz aguda con rimas rápidas se subía al Alternative Stage. Jake Bugg cantaba y el público coreaba y bailaba al ritmo del Indie Folk.
Promediando el repertorio, los celulares empezaron a alzarse. Marcaban las cuatro y cuarto pasadas y filmaban uno de sus temas más conocidos, Two Fingers. Luego, todo se volvió un poco más oscuro. Del muchachito rubio ya no colgaba una guitarra de madera. Todo era electrónico, rockero y podrido.
Las buenas melodías continuaron bien arriba, hasta que apareció una tercera guitarra y volvieron los temas tranquilos, al menos por un rato. Apareció una cuarta viola y el rock volvió a invadir el ambiente. A las 17 horas, volvieron las corridas. Jake se despidió, y la gente huyó hacia los otros escenarios.
Entre los tracks más destacados, There’s a Beast and We All Feed It, Trouble Town Seen, It All, Green Man, Slumville Sunrise, Lightning Bolt.
Fotos: Cecilia Salas y José García
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