Las profundidades del mar siguen siendo un misterio.
Y si no pregúntenle a Keri Wilk, un buzo canadiense que decidió sumergirse en las cálidas aguas de Dominica para conocer más sobre los habitantes del mar.
De repente, un cachalote apareció cerca y logró documentar algo que, creemos, nunca se vio.
“Al principio, el agua era de una tonalidad cristalina. Era la más idílica agua azul del Caribe que te puedas imaginar. Después de que el cachalote despidió una ola de heces y las removió vigorosamente, el agua parecía chocolate con leche”, confesó Wilk.
Las fotos hablan por sí solas…