Se trata de un fenómeno asociado a la baja marea que hace que el nivel del agua descienda en algunos canales a menos de medio metro, y en otros, que desaparezca por completo. Ya golpeada por la pandemia y la falta de turismo, la ciudad deberá lidiar con la baja de agua, que obligó a muchos gondoleros a parar su actividad.
Se trata del fenómeno opuesto al que se observó en 2019, al que los italianos llaman “acqua alta” -agua alta-, que dejó una pérdida de más de 1.000 millones de euros en la ciudad.
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