El 17 de julio se inauguró el Museo de Astronomía en Shanghai, un edificio a cargo de Ennead Architects que está dejando a todos boquiabiertos.
No sólo es el museo de astronomía más grande del mundo, sino que su diseño es impactante: es como si desde fuera ya pudiéramos intuir lo que nos espera dentro.
La idea de Ennead Architects, fue usar la escala, la forma y la luz para que el edificio aumente la conciencia de nuestra relación con el Sol y el movimiento orbital de la Tierra. Con casi 40.000 metros cuadrados, fue el proyecto ganador de un concurso internacional lanzado en 2014.
El diseño no cuenta con líneas ni ángulos rectos, recordando así la geometría del universo. En su interior dispone de salas de exposiciones, un planetario, un observatorio y un telescopio solar. “La gran idea del Museo de Astronomía de Shanghai era infundir una experiencia visceral a partir del diseño, y apoyar esa relación con el espacio desde la arquitectura”, ha dicho estos días Thomas J. Wong, de Ennead Architects.
Según explicó Wong, se inspiró en el clásico “problema de los tres cuerpos” de la física y las intrincadas coreografías generadas por la atracción gravitacional de múltiples cuerpos dentro de los sistemas solares. Algo de eso se refleja en esta obra. “Cada uno de los tres componentes arquitectónicos principales que definen el diseño, el óculo, la cúpula invertida y la esfera, actúan como instrumentos astronómicos funcionales, siguiendo al Sol, a la Luna y a las estrellas”, explica.
El óculo está suspendido sobre la entrada principal del museo. Actúa como un reloj, creando un círculo de luz solar que se mueve por el suelo a lo largo del día, indicando la hora y la estación. La esfera alberga el teatro del planetario, como si estuviera “sumergida” en el museo, con un soporte visible mínimo que alude a un mundo de ingravidez. Y la cúpula invertida es una gran estructura de vidrio que se encuentra en la parte superior del atrio central del edificio.
El estudio Ennead también es responsable de otros imponentes edificios en el mundo, como el Rose Center for Earth and Space, el American Museum of Natural History en Nueva York, el William J. Clinton Presidential Center en Little Rock, Arkansas; y el Natural History Museum de Utah.