“El viernes pasado, la dirección de mi familia fue publicada en Twitter por tres actores activistas que se fotografiaron frente a nuestra casa, colocándose cuidadosamente para que nuestra dirección fuera visible” posteó Rowling en un hilo donde agradeció la asistencia de Scotland Yard y “a todos los que denunciaron la imagen a @TwitterSupport”.
La escritora aseguró que su caso no es el único dentro del grupo de mujeres que “se niega a aceptar que el concepto sociopolítico de identidad de género debe sustituir al de sexo” y que, como ella, “han sido objeto de campañas de intimidación que van desde el acoso en las redes sociales, el señalamiento de sus empleadores, hasta ciberataques y amenazas directas de violencia, incluida la violación”.
Rowling, quien no participará de la celebración de HBO por los 20 años de la primera película de Harry Potter, presuntamente por el protagonismo ganado con posteos considerados transfóbicos, evaluó que esa acción forma parte de una “amenaza” en su contra.
En 2020, Rowling generó una fuerte polémica tras satirizar el artículo “Crear un mundo post Covid-19 más igualitario para las personas que menstrúan”, publicado en la plataforma Devex, que le provocó nuevos enfrentamientos con grupos LGBTQ+, cuando tuiteó: “Estoy segura de que solía haber una palabra para esas personas. Alguien que me ayude. Wumben? Wimpund? ¿Woomud?”, en alusión a la palabra “woman”, mujer en inglés, desconociendo a las identidades de género no binarias.
Aferrada a una idiosincrasia sexista que reaccionó ante la nueva legislación de identidad de género británica, que permite a sus ciudadanos reconocerse ante la ley por el género autopercibido y no por sus genitales, Rowling había dicho que ciertos derechos de las mujeres se veían amenazados por el activismo de una parte del colectivo trans, declaraciones que la distanciaron de parte de su franquicia, fans y actores con los que trabajó, como Emma Watson, quien expresa abiertamente su apoyo al colectivo trans y defiende los derechos con perspectiva de género.