Según un informe reciente de Naciones Unidas la contaminación ambiental causa al menos 9 millones de “muertes prematuras” por año en todo el mundo, el doble del número de decesos que provocó la pandemia de coronavirus en sus primeros 18 meses.
Considerando los elevados niveles de polución en las grandes urbes del mundo, al diseñador estadounidense Nikolas Bentel se le ocurrió desarrollar una marca de ropa con el objetivo de informar al usuario sobre la calidad del aire del entorno en el que se encuentre.
Se trata de Aerochromics, que consiste en tres tipos de remeras: la primera mide la cantidad de partículas contaminantes en el aire, la segunda mide los niveles de monóxido de carbono, y la tercera mide la radiación.
En todos los casos la prenda cambia de color negro a blanco. En el caso de la remera que advierte sobre el nivel de partículas contaminantes, la polera cambia progresivamente cuando en el aire existen 60 AQI (Air Quality Index), que es el nivel de medición de contaminación. En Estados Unidos, la contaminación del aire está considerada en un nivel moderado si se encuentra entre 50-151 AQI.
El precio de estas remeras es muy elevado, ya que la tela está compuesta por algodón y sensores de aire, pero obviamente el objetivo principal de esta iniciativa apunta a hacer visible la problemática de la contaminación del aire.