La conciencia sobre la contaminación por plástico dijo presente en Bioferia

Diversos proyectos en Bioferia 2022 conectaron a miles de personas con la conciencia sobre la contaminación por plásticos y la necesidad de reemplazar los plásticos de un solo uso. Conocelos.

Por Matilde Moyano

Reducir la contaminación por plástico -y dejar de producirlo- es uno de los grandes desafíos que enfrenta la humanidad. La producción mundial de plástico se multiplicó por dos en solo dos décadas hasta alcanzar los 461,1 millones de toneladas en 2021 y se calcula que  volverá a duplicarse para 2040 si no se pone un freno. Más de 140 millones de toneladas de residuos plásticos están ya contaminando los ríos, lagos y mares del planeta, según datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).

Diversas iniciativas en Bioferia , el evento de sustentabilidad más grande del país, buscaron generar conciencia sobre esta problemática, mostrando que el plástico puede reciclarse en vez de desecharse, así como también puede reemplazarse.

A través del arte, Martina Costa Paz, creó una instalación a partir de la recolección de residuos plásticos hallados en la costa de Vicente López, San Fernando, San Isidro y Acassuso, en la que pudimos “entrar” y experimentar, como si fueramos peces, en el río contaminado. “La instalación se llama ‘Instante eterno’ que remite al instante de uso del plástico que usamos y de la eternidad que queda en nuestros ríos, y que después llega a la costa, para generar conciencia de que podemos evitar ese instante y no producir esa eternidad.”

También conocimos a Martín Vazquez, fundador de Qualia, anteojos creados con plástico reciclado de residuos industriales y marítimos con el objetivo de brindarles salud visual a niños de bajos recursos de Chaco: “Nos pareció que los anteojos eran una herramienta muy poderosa para poder romper con el paradigma de que lo reciclado es de mala calidad y queríamos alcanzar algo de buena calidad, por lo que nos llevó tres años”.

Los lentes pueden adquirirse en qualiaeyewear.com, y con las ventas se puede llevar adelante esta iniciativa que busca extenderse a lo largo y ancho del país (el año pasado atendieron a 250 personas, y para este año esperan que poder brindar anteojos a mil niños).

Por su parte, Matías Scungio, Project Manager de Mundosoil , nos contó que trabajan principalmente con biomateriales, como un bioplástico compuesto por material orgánico y renovable como almidones de maíz y aceites vegetales, para crear distintos productos: “En principio lo que tenemos son sorbetes, compostables y biodegradables que se empiezan a biodegradar en 180 días en un ambiente de compostaje, y por otro lado estamos haciendo bolsas también compostables. Un ambiente de compostaje tiene que tener ciertas condiciones de temperatura y humedad controladas, además de material orgánico, que ayuda a descomponer el material.”

Actualmente se encuentran brindando estos productos a empresas como Branca, bares o restaurantes como Sushi Club, que los usan para comunicar, por ejemplo sorbetes personalizados, con mensajes sustentables. Y desde el año y medio que llevan en el mercado, ya vieron incrementar el interés. “Obviamente lo que tienen estos productos es que terminan siendo un poco más caro que los que estábamos acostumbrados, pero mientras más consumo haya, los costos de producción van a ser menores y el precio al público va a ser más barato”.

En la misma línea, conocimos los envases biodegradables “GoBio”, una iniciativa de Ramiro Katz, estudiante de Ingeniería Industrial, y Paolo Scorzoni, Lic. en Economía, quienes buscan revertir el impacto nocivo de los plásticos en el medioambiente. 

A partir del bagazo de caña de azúcar (lo que queda de la caña de azúcar después de que se extrae el azúcar) estos vasos, bandejas y bowls – que pueden costumizarse- son capaces de biodegradarse en 60 días. Además, sirven para calentar en microondas, para conservar alimentos en el freezer, y para consumir alimentos calientes como café o sopa.

Con un año de vida, ya trabajan con más de cien restaurantes, hoteles, empresas, organizaciones. Por ejemplo, con el Senado de la Nación y el Hotel Four Seasons. Con respecto al crecimiento en la demanda de este tipo de producto, Ramiro explicó que “cada vez tenemos más clientes, es un indicio positivo, pero tratamos de pelearle el precio lo más que se pueda al plástico y a los materiales tóxicos, para que esto pueda extenderse a todo el país” y celebra que “cada vez más personas y empresas están entendiendo que los materiales de un solo uso tienen que empezar a ser sustentables”.

Y si después de leer esta nota decidimos empezar a compostar, tenemos la propuesta que llevaron a Bioferia Darío Mercuri, Lucía Martínez y Pablo Bianchi, diseñadores que dieron luz a composteras bajo la firma Compas.

Con madera recuperada y con materiales reciclados como plástico rotomoldeado, crearon una compostera para “poder recuperar los residuos orgánicos que generamos día a día, que muchas veces los mandamos todos en la basura y generan contaminación. De esta manera los recuperamos en la compostera y los convertimos en abono fértil para las plantas”, nos explicó Darío y destacó que esta compostera es ideal para lugares reducidos como el balcón.

Con respecto al prejuicio que circula sobre el mal olor que puede llegar a emitir el compost, Darío aseguró que “si hacemos el compost equilibrado, poniendo residuos húmedos y secos, no sale mal olor, porque hay una descomposición aeróbica. Pero si el compost se pudre, ahí sí va a haber un problema.”