Tres de las ex bailarinas de Lizzo alegan que fueron objeto de acoso sexual y vergüenza por su gordura mientras trabajaban para la cantante. También dijeron que ella y su capitana de baile, Shirlene Quigley, crearon un ambiente de trabajo hostil.
Tanto Lizzo como Quigley deberán hacer frente a las acusaciones, que también incluyen denuncias de discriminación racial y religiosa.
Un mes después de que surgieran las acusaciones, en agosto de 2023 Lizzo solicitó que se desestimara la demanda “en su totalidad”, negando “todas y cada una de las acusaciones”.
Aunque el caso se verá ahora en los tribunales, varias de las denuncias de los bailarines fueron desestimadas y no serán tratadas.
Una de ellas era una demanda por acoso sexual que surgió a raíz de una sesión de fotos de desnudos realizada en la serie de telerrealidad de la cantante, Lizzo’s Watch Out for the Big Grrrls.
También se desestimaron una demanda por discriminación por discapacidad y una alegación de que el equipo de Lizzo impedía a las bailarinas aceptar otros trabajos.