Se logró fabricar gracias a la articulación entre el Estado, una universidad nacional y una Pyme bonaerense, con el objetivo de abastecer la creciente demanda del sistema de salud frente a la pandemia y contribuir a la sustitución de importaciones.
Argentina ya cuenta con el primer hisopo nasofaríngeo 100% nacional para detectar el coronavirus, aprobado por Anmat. Se logró fabricar gracias a la articulación entre el Estado, una universidad nacional y una Pyme bonaerense, con el objetivo de abastecer la creciente demanda del sistema de salud frente a la pandemia y contribuir a la sustitución de importaciones.
Tomás Echarri, director del equipo de investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (FI-UNLP), aseguró a Télam que “a nivel estratégico, que el Estado pueda contar con un hisopo de producción nacional te desacopla de la oferta externa de hisopos nasofaríngeos y en el caso de que tengas una demanda interna extraordinaria dispones de una alternativa”.
La Facultad platense se ocupó de asesorar a PS Anesthesia (PSA), de la ciudad bonaerense de Brandsen, que se convirtió, tras la autorización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), en la empresa que producirá el primer hisopo nasofaríngeo diseñado para la toma de muestras para la detección de coronavirus.
El proyecto fue avalado por el Ministerio bonaerense de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, en el marco de la convocatoria del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología Covid-19, que impulsa a nivel federal el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.
Ante “las dificultades de las cadenas de suministros a nivel internacional”, la falta de hisopos en Estados Unidos y que “se estaban usando elementos alternativos elaborados con impresoras 3D, la empresa PSA acercó una propuesta conceptualmente similar”, que sería “costoso y de difícil manufactura para lograr un producto que debía ser anatómico y con tolerancias estrictas”, contó Echarri.
“El que desarrollamos en la Facultad es un hisopo construcción monolítica, adaptado al proceso de moldeo por inyección, donde la captura y transporte de la muestra se da por capilaridad entre la superficie del hisopo y la secreción”, detalló Echarri. Está especialmente diseñado “para que la captura sea óptima”.
La empresa de Brandsen es una Pyme familiar productora de insumos sanitarios y a pesar de no tener experiencia en la fabricación de insumos de laboratorio del tipo hisopo, aceptó el desafío de trabajar junto a los investigadores de la Facultad de Ingeniería de La Plata.
Para probar los hisopos se hizo un ensayo con pacientes, en el que se utilizó en una de las fosas nasales de cada persona un hisopo flocado standard y en la otra fosa el fabricado por los investigadores platenses. Luego, se lo entrevistaba para saber “cómo se habían sentido con uno y otro hisopo, se medía la masa capturada y se realizaba un testeo PCR”, explicó el investigador.
“La experiencia de trabajar en equipo en la solución de problemas reales en un contexto pandémico como el actual es algo que nos vamos a acordar en lo que nos quede de vida”, sostuvo el investigador, quien agradeció el trabajo en equipo que se estableció entre el Laboratorio de Investigaciones en Metalúrgica Física “Ing. Gregorio Cusminsky” (LIMF).
Cap. Gral. R. Freire 932. CP 1426
4010-7267 (de 10 a 13hs)