En esa oportunidad, la Justicia determinó que Sandra sea trasladada a algún sitio para rehabilitarse en un ambiente de semi libertad y transcurrir en esas condiciones el resto de su vida. Sandra había llegado al ex zoo porteño en 1994 desde el Ruhr Zoo en Gelsenkirche (Alemania).
La medida, adoptada por la Sala II de la Cámara de Casación Penal, concedió en favor de la orangutana un recurso de hábeas corpus, figura legal que se utiliza para casos de personas privadas ilegítimamente de su libertad. Sentó un precedente radical en la jurisprudencia argentina.
Tras el fallo judicial, Sandra se convirtió en la primera “persona no humana” reconocida por la justicia argentina y fue trasladada a Estados Unidos para su bienestar acorde a su calidad de “ser sintiente”.
Desde entonces, el nuevo hogar de Sandra es el Center of Great Apes (Centro para Grandes Simios), ubicado en el Estado de Florida, en la zona rural boscosa y húmeda de Wauchula, del sur de Estados Unidos.
Allí, los recintos proporcionan mucho espacio para correr, escalar y tienen altura para balancearse. Poseen espacios al aire libre con gran cantidad de estructuras trepadoras, enredaderas, tubos, alcantarillas y dispositivos de enriquecimiento.
Algunos casos que precedieron al de Sandra y tratan a los animales como sujeto de derecho no humano fueron el de la chimpancé Cecilia, quien tras el fallo judicial fue trasladada al Santuario de Sorocaba, ubicado en Brasil. Otro ejemplo más reciente es el de la elefanta Mara, trasladada a un santuario de elefantes de Brasil ubicado en el Mato Grosso, desde el Ecoparque porteño, en un inédito operativo en medio de la pandemia de coronavirus, en mayo de 2020.